¿Cómo lidiar con los rumores? | José Smith, hijo
¿Cómo lidiaba José Smith con los rumores?
Los rumores son definidos como información cuya veracidad está en duda o no puede corroborarse. Suelen surgir para condicionar el pensamiento o la conducta de las personas con una finalidad.
Dentro de la Iglesia, es probable que conozcas a una persona que haya compartido un rumor contigo o hayas escuchado un rumor sobre alguna persona. La Guía para el Estudio de las Escrituras nos explica lo siguiente:
Satanás esparce rumores y contiendas, basados a veces parcialmente en la verdad, con el fin de hacer que las personas se vuelvan contra Dios y contra lo que es bueno (Helamán 16:22, JS-H 1:1).
Probablemente una de las personas que más sufrió sobre los rumores fue el profeta y presidente José Smith, hijo.
En el libro “They knew the prophet”, que es una compilación de diferentes historias de personas que conocieron al profeta, Jesse Crosby nos cuenta de una experiencia que tuvo con el joven profeta:
“En una ocasión acudí con el profeta acompañado con una hermana. Tenía una acusación que presentar contra uno de los hermanos por tema de escándalo. Al terminar de escuchar su queja, el profeta le preguntó a la hermana si estaba segura de que lo que el hermano había dicho de ella era completamente falso.
Ella estaba segura de que lo era.
Luego le dijo que no debería pensar más en ello, porque no podía hacerle daño. Si era falso lo que se decía no podría durar mucho tiempo más y que la verdad saldría a la luz. Aun así, el profeta sintió que debería tener algún tipo de compensación.
Después, le ofreció su método personal para tratar con tales casos. Cuando un enemigo había contado una historia escandalosa sobre él (lo cual sucedía a menudo) antes de emitir un juicio, hacía una pausa, y dejaba que su mente regresara en el tiempo, lugar y escenario de la historia para ver si no había sido por alguna palabra descuidada o acto por el cual se haya dado pie o fundamento a la historia o rumor.
Si el profeta notaba que así había sido, mencionó que en su corazón perdonaba a su enemigo, y que sentía agradecimiento de haber recibido una advertencia de una debilidad que no sabía que poseía.
Al terminar con su consejo, le pidió a la hermana que hiciera lo mismo: hacer memoria y ver si ella misma, inconscientemente, había sentado las bases del escándalo que la molestaba.
La hermana pensó profundamente por unos momentos y luego confesó que creía que sí.
Entonces, el profeta le dijo que en su corazón podía perdonar a ese hermano que había arriesgado su propio buen nombre y su amistad para darle una visión más clara de sí misma.
La hermana agradeció al joven profeta y se fue en paz".
Jesse Crosby. Cited in They Knew the Prophet, Hyrum Andrus, 162–63.
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