¿cuál es el propósito del dolor?



Dentro de las Escrituras leemos lo siguiente: 



¿cuál es el propósito de este dolor? Primero que nada, este dolor hace que se honren y cumplan las leyes del cielo. Hay una ley que fue decretada sobre los hijos e hijas de Dios al momento de la caída de Adán y Eva. Junto con esta ley, una ley de justicia, la misericordia fue brindada al hombre si así decide aceptarla. La misericordia solo viene por y a través de la Expiación de Jesucristo. 

Un par de versículos de Doctrina y Convenios 45 especifican: 


Amo la manera en la que Jesucristo se refiere a nosotros como nuestro Abogado ante el Padre. Si nosotros rechazamos a nuestro Abogado, por decisión personal, entonces la eterna ley de la Justicia caerá sobre nosotros y sufriremos las consecuencias de nuestro estilo de vida, sin importar cuál hayamos elegido. 

Tendremos que soportar el sufrimiento que nos hemos causado a nosotros mismos y más adelante, seremos asignados a nuestro grado de gloria que corresponda con ese mismo estilo de vida que hayamos elegido. 
Nuestro sufrimiento personal, si no elegimos a Cristo, no quitará la consecuencia de las leyes celestiales. Estas leyes se promulgan sobre nosotros; mientras que a través de Cristo, se nos dio un medio para que nos sufriéramos y para que pudiéramos regresar a la presencia de Dios. 

Queramos o no, las leyes aplican dentro de nosotros mismos. Si creemos en Cristo, las leyes aplican a nosotros. Si no creemos en Cristo, las leyes aplican a nosotros. Es como si quebrantáramos una ley de nuestro gobierno y después le dijéramos al juez o al oficial de policía: "no, no sufriré ninguna reprimenda, ni sanción, ni multa". 
Apuesto a que han visto videos en el internet de personas que intentan "salirse con la suya". 

Nuestra decisión, nuestra elección de consecuencias terminaron en el momento en el que decidimos quebrantar la ley. Lo mismo sucede con las leyes celestiales. 

En el capítulo 34 de Alma, en el Libro de Mormón se nos recuerda: 
En el capítulo 13 Alma dice: 



El día de nuestro arrepentimiento es algo que todos los profetas nos invitan a hacer. El dolor es algo que podemos evitar. A medida que postergamos ese día y decidimos vivir con dolor, las palabras que están escritas en Helamán 13, tienen mayor sentido: 



Recordemos por favor que no toda la medicina tiene un sabor raro y extraño. Y si lo tuviera, ¿evitaríamos tomarla sólo por eso?




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